Frases para excogitar extraídas del libro Más Allá del Bien y del Mal del gran filósofo alemán Friedrich Wilhelm Nietzsche:
Todo hombre selecto aspira instintivamente a tener un castillo y un escondite propios donde quedar redimido de la multitud, de los muchos, de la mayoría, donde tener derecho a olvidar, puesto que él es una excepción de ella.
Toda compañía es mala, excepto la de nuestros iguales.
Nadie miente tanto como el indignado.
Es difícil ser comprendido: en especial si uno piensa y vive entre hombres que piensan y viven de otro modo.
Es cosa de muy pocos ser independiente: es un privilegio de los fuertes.
Nuestras intelecciones supremas parecen necesariamente - ¡y deben parecer! - tonterías y, en determinadas circunstancias, crímenes, cuando llegan indebidamente a oídos de quienes no están hechos ni predestinados para ellas.
Lo que sirve de alimento o de tónico a una especie superior de hombres tiene que ser casi un veneno para una especie muy diferente de aquélla e inferior.
Hay libros que tienen un valor inverso para el alma y para la salud, según que de ellos se sirvan el alma inferior.
Los libros para todos son siempre libros que huelen mal: el olor de las gentes pequeñas se adhiere a ellos. En los lugares donde el pueblo come y bebe, e incluso donde rinde veneración, suele heder.
Todo espíritu profundo necesita una máscara.
No quedar adheridos a ninguna persona: aunque sea la más amada, - toda persona es una cárcel, y también un rincón. No quedar adheridos a ninguna patria: aunque sea la que más sufra y la más necesitada de ayuda.
Lo que puede ser común tiene siempre poco valor.
Nosotros opinamos que dureza, violencia, esclavitud, peligro en la calle y en los corazones, ocultación, estoicismo, arte de tentador y diabluras de toda especie, que todo lo malvado, terrible, tiránico, todo lo que de animal rapaz y de serpiente hay en el hombre sirve a la elevación de la especie "hombre".
Estamos llenos de malicia frente a los halagos de la dependencia que yacen escondidos en los honores, o en el dinero, o en los cargos, o en los arrebatos de los sentidos.
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