07 mayo 2024

Metanoia: Crisálida del Gran Mediodía.

 ¿Las personas cambian? Si cambian, ¿pueden hacerlo para bien? ¿Las situaciones límite de la vida nos pueden iniciar en un proceso de transformación profunda o nos llevan de manera indefectible a un laberinto de vicios que pretenden evadirnos de nuestra realidad?

Los aspectos cotidianos, inherentes e inexorables asociados a las vicisitudes de la vida, a la existencia, por sí mismos y de manera aislada resultan en ocasiones muy difíciles de sobrellevar; sin embargo, cuando se presentan conglomerados en un lapso de tiempo relativamente corto, las consecuencias suelen ser catastróficas, al grado de minar la voluntad de existir para quien los recibe, o de intentar buscar refugio, alivio, y distracción en cualquier cantidad de vicios. Algunos de estos infortunios que rigen a la existencia humana, son precisamente los que llevan al protagonista a una situación límite de la que no sabe si saldrá airoso, abatido, o resignado a desfallecer y dejarse arrastrar por la corriente de la vida hasta que el último latido de su corazón lo abandone, si antes no deja de asistirlo la razón.

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01 enero 2024

Para sí mismo (Marco Aurelio).

    No sólo que cada día se agota más nuestra vida y queda menos, sino también esto: si vivimos más, ¿podemos estar seguros de que nuestra mente seguirá estando a la altura de la comprensión del mundo, de la contemplación que aspira al conocimiento divino y humano? Si nuestra mente empieza a divagar, seguiremos respirando, seguiremos comiendo, imaginando cosas, sintiendo impulsos, etc. Pero sacar lo mejor de nosotros mismos, calcular donde está nuestro deber, analizar lo que oímos y vemos, decidir si ha llegado el momento de dejarlo... todas las cosas para las que se necesita una mente sana... todas ellas desaparecen.

    Así que tenemos que darnos prisa.

    No sólo porque nos acercamos cada día más a la muerte, sino también porque nuestra comprensión ---nuestra comprensión del mundo--- puede desaparecer antes de que lleguemos a ella.

Libro Tercero.


    Ser como la roca sobre la que se estrellan las olas. Permanece impasible y la furia del mar se aquieta a su alrededor. Hay quien dice, "es lamentable que esto haya sucedido", ¡no!, es una suerte que haya sucedido y que yo haya salido ileso de ello, no destrizado por el presente ni asustado por el futuro. Podría haberle ocurrido a cualquiera. Pero no todo el mundo podría haber salido ileso. ¿Por qué tratar una cosa como una desgracia y la otra como una suerte? ¿Realmente puedes llamar desgracia a algo que no viola la naturaleza humana? ¿O crees que algo que no va contra la voluntad de la naturaleza puede violarla? Pero tú sabes cuál es su voluntad. ¿Lo ocurrido te impide actuar con justicia, generosidad, prudencia, cordura, honradez, humildad, rectitud y todas las demás cualidades que permiten que la naturaleza de una persona se realice?

    Así que recuerda este principio cuando algo amenace con causarte dolor: la cosa en sí no fue ninguna desgracia; soportarla y prevalecer es una gran suerte.

Libro Cuarto.


    Los elementos se mueven hacia arriba, hacia abajo, en todas direcciones. El movimiento de la virtud es indiferente, más profundo. Se mueve a paso firme por un camino difícil de discernir, y siempre hacia adelante.

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    No asumir que es imposible porque te resulta difícil. Sino reconocer que si es humanamente posible, tú también puedes hacerlo.

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    Si alguien puede refutarme ---demostrarme que estoy cometiendo un error o que veo las cosas desde una perspectiva equivocada---, cambiaré con mucho gusto. Lo que busco es la verdad, y la verdad nunca ha hecho daño a nadie. Lo que nos perjudica es persistir en el autoengaño y la ignorancia.

Libro Sexto.


    Cuando la gente te haga daño, pregúntate qué bien o qué mal pensaron que saldría de ello. Si lo entiendes, sentirás simpatía en lugar de indignación o ira. Tu sentido del bien y del mal puede ser el mismo que el suyo, o cercano a él, en cuyo caso tienes que disculparlos. O tu sentido del bien y del mal puede diferir del suyo. En cuyo caso están equivocados y merecen tu compasión. ¿Es tan difícil?

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    Trata lo que no tienes como si no existiera. Mira lo que tienes, las cosas que más valoras, y piensa en cuánto las desearías si no las tuvieras. Pero ten cuidado. No sientas tal satisfacción que empieces a sobrevalorarlas, que te disgustaría perderlas.

Libro Séptimo.


    No dejes que tu imaginación se vea aplastada por la vida en su conjunto. No intentes imaginarte todo lo malo que podría ocurrir. Limítate a la situación que tienes entre manos y pregúntate: "¿Por qué es esto tan insoportable? ¿Por qué no puedo soportarlo?". Te dará vergüenza responder.

    Entonces recuérdate que el pasado y el futuro no tiene poder sobre ti. Solo el presente, e incluso eso puede minimizarse. Sólo tienes que marcar sus límites. Y si tu mente intenta afirmar que no puedes resistirlo... pues entonces, avergüénzate de ella.

Libro Octavo.

 

    La despreciable falsedad de la gente que dice: "Escucha, voy a ser sincero contigo". ¿Qué significa eso? Ni siquiera debería ser necesario decirlo. Debería ser obvio, escrito en letras mayúsculas en tu frente. Debería ser audible en tu voz, visible en tus ojos, como un amante que te mira a la cara y capta toda la historia de un vistazo. Una persona directa y honesta debería ser como alguien que apesta: cuando estás en la misma habitación con él, lo sabes. Pero la falsa franqueza es como un cuchillo clavado en la espalda.

    La falsa amistad es lo peor. Evítala a toda costa. Si eres honesto y directo y tienes buenas intenciones, debería notarse en tus ojos. Debería ser inconfundible.

Libro Undécimo.


    Si no es correcto, no lo hagas. Si no es verdad, no lo digas.

Libro Duodécimo.
 

 

20 junio 2023

El mejor regalo del día del padre.

Querido papá:

Hoy es un día especial para celebrar a alguien tan importante como tú, un padre ejemplar. Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecerte por ser mi guía, mi apoyo incondicional y mi mayor inspiración en la vida.

Tu amor, paciencia y dedicación han sido fundamentales para formar la persona que soy hoy. Siempre has estado ahí para escucharme, animarme y orientarme en cada paso que he dado.

Hoy quiero honrar todo lo que has hecho por mí y expresar mi gratitud infinita. Tu presencia constante en mi vida ha dejado una huella imborrable. Me has enseñado la importancia de la honestidad, el trabajo duro y el valor de la familia.

Feliz día del padre, querido papá. Que este día esté lleno de alegría y bendiciones. Espero poder retribuir todo el amor y cuidado que me has dado a lo largo de los años.

Con todo mi amor y admiración,
Ricardo, tu hijo.

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Hola papá, buenos días.
Te escribo para saludarte y además para felicitarte por ser un gran padre.

En este Día del Padre quiero agradecerte por todo lo que has hecho por nosotros. Eres un ejemplo de fuerza, dedicación y amor. Gracias por tus consejos, por tu apoyo incondicional y por siempre estar ahí cuando te necesitamos. Eres el mejor papá del mundo y te deseamos un día lleno de alegría y felicidad. ¡Te quiero mucho! Te mando un fuerte abrazo.

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Papá muchas gracias por estar a mi lado, por ayudarme a levantarme cuando caía, por enseñarme el camino correcto y sobretodo gracias por ayudar a formar el hombre que soy hoy en día.

Siempre conservo con cariño los recuerdos del tiempo que pasamos juntos, cuando antes nos ganabas en el Mortal Kombat y con el paso del tiempo ahora nosotros ganábamos.

Reconozco que por huevón y distraído no hemos hablado tan seguido y quizás te haya hecho sentir apartado, si fue así te pido una disculpa pero lo cierto es que te tengo más en cuenta de lo que parece.

Ojalá las cosas mejoren aquí en la casa y a ver cuándo nos vemos para que te dé tu regalo.

Te mando un abrazo, te quiero mucho papá.

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Papá, muchas felicidades y te mando un fuerte abrazo.
Gracias por mostrarme poco a poco la realidad de la vida, por enseñarme como funciona en varios aspectos la mente humana pero sobre todo gracias de todo corazón por tu apoyo, comprensión y disponibilidad, aprecio mucho tus consejos y el tiempo que pasas con nosotros.

Te agradezco mucho y te quiero 🫂

26 abril 2023

El Corazón del Hombre

Sólo el conocimiento de la dinámica inconsciente de la conducta nos permite conocer la conducta misma, sus raíces, su desarrollo y la energía de que está cargada.

El material psicoanalítico demuestra que la persona madura y productiva es menos impulsada por el deseo de venganza que la persona neurótica que encuentra dificultades para vivir independientemente y con plenitud, y que propende con frecuencia a jugarse toda su existencia por el deseo de venganza. En psicopatología grave, le venganza se convierte en el fin predominante de la vida, ya que sin venganza amenazan hundirse no sólo la estimación de sí mismo, sino el sentido del yo y de identidad.

Ser humano es trascender el mero estado de cosa.

El hombre tiene un potencial de violencia destructora y sádica porque es humano, porque no es una cosa, y porque tiene que tratar de destruir la vida si no puede crearla.

La polaridad masculino-femenino constituye el núcleo de la necesidad de fusión de que depende la vida de la especie humana.

La orientación productiva [...] quiere moldear e influir por el amor, por la razón, por su ejemplo, no por la fuerza, no aislando las cosas ni por el modo burocrático de administrar a las personas como si fuesen cosas.

La condición más importante para el desarrollo del amor a la vida en el niño es, para él, estar con gente que ama la vida.

Si las condiciones sociales fomentan la existencia de autómatas, el resultado no será amor a la vida, sino amor a la muerte.

La vida sólo puede experimentarse en sus manifestaciones individuales, en la persona individual lo mismo que en un pájaro o una flor. No hay "vida de las masas", no hay vida en abstracto. Nuestra actitud hacia la vida se está haciendo hoy cada vez más mecánica. Nuestro propósito principal es producir cosas, y en el proceso de esta idolatría de las cosas nos convertimos en mercancías. A los individuos se les trata como números. La cuestión no es aquí si se les trata bien y están bien alimentados (también las cosas pueden ser bien tratadas); la cuestión es si las personas son cosas o seres vivos. La actitud hacia los hombres es ahora intelectual y abstracta. Se interesa uno en las personas como objetos, en sus propiedades comunes, en las reglas estadísticas de la conducta de las masas, no en los individuos vivos. Todo esto va unido al papel cada vez mayor de los métodos burocráticos. En centros gigantescos de producción, en ciudades gigantescas, en países gigantescos, se administra a los hombres como si fueran cosas; los hombres y sus administradores se convierten en cosas, y obedecen a las leyes de la cosas. Pero el hombre no nació para ser una cosa; es destruido si se convierte en cosa; y antes de que esto se realice, se desespera y quiere acabar con toda vida.

La persona "normal", "madura", es aquella cuyo narcisismo se ha reducido al mínimo socialmente aceptado, sin que desaparezca nunca por completo.

El punto esencial del que depende toda teoría o terapia que pueda llamarse psicoanálisis es el concepto dinámico de la conducta humana; es decir, el supuesto de que motivan la conducta fuerzas altamente cargadas, y que la conducta sólo puede comprenderse y preverse conociendo esas fuerzas.

El individuo narcisista no puede percibir la realidad en otra persona como diferente de la suya.

Cuanto más intenso es el narcisismo, menos aceptará el individuo narcisista el hecho del fracaso por su parte, o cualquier crítica legítima de los demás.

Así como la persona narcisista hizo del concepto que tiene de sí misma el objeto de su adhesión narcisista, hace lo mismo con todo lo que se relaciona con ella. Sus ideas, su sabiduría, su casa, pero también la gente comprendida en su "esfera de interés", se convierten en objetos de su adhesión fetichista. Como dijo Freud, el ejemplo más frecuente es probablemente la adhesión narcisista a los hijos propios. Muchos padres creen que sus hijos son los más bellos, los más inteligentes, etc., por comparación con otros niños. Parece que cuanto menores son los hijos, más intenso es este sesgo narcisista. El amor de los padres, y en especial el amor de la madre por el niño, es en medida considerable el amor al niño como ampliación de uno mismo. El amor adulto entre hombre y mujer también tiene con frecuencia una calidad narcisista. El hombre enamorado de una mujer puede transferirle a ella su narcisismo, una vez que ella llegó a ser "suya". La admira y adora por cualidades de que él la ha investido; precisamente porque ella forma parte de él, se convierte en portadora de cualidades extraordinarias. Un individuo así también pensará con frecuencia que todas las cosas que posee son extraordinariamente maravillosas, y se "enamorará" de ellas.
 
Una sociedad que carece de los medios para proveer suficientemente a la mayoría de sus individuos, o por lo menos a una gran proporción de ellos, tiene que proveer a los individuos de una satisfacción narcisista de tipo maligno si quiere evitar el disgusto entre ellos. Para quienes son pobres económica y culturalmente, el orgullo narcisista de pertenecer al grupo es la única fuente de satisfacción, y frecuentemente muy eficaz. 

Para la mayor parte de la gente, "razonable" no tiene nada que ver con "razón", sino con acuerdo.

Freud dijo que en todo amor hay un fuerte componente narcisista; que un hombre enamorado de una mujer la hace objeto de su narcisismo, y que en consecuencia se hace maravillosa y deseable porque forma parte de él. Ella puede hacer lo mismo con él, y tenemos así el caso del "gran amor", que con frecuencia es sólo folie à deux y no amor.
 
El amor no patológico [...] es una relación entre dos personas que se sienten como entidades independientes, pero que pueden  franquearse la una a la otra y llegar a ser una con ella. Para sentir amor, hay que sentir separación o independencia.

El hombre alcanza su plena madurez cuando sale por completo del narcisismo.

El hombre sólo puede ser humano en un clima en el que pueda esperar que él y sus hijos vivirán para ver el año siguiente y muchos más años por venir.

Genéticamente, la madre es la primera personificación de la fuerza que protege y garantiza la seguridad.

El vínculo incestuoso con la madre implica con mucha frecuencia no sólo el anhelo de amor y protección de la madre, sino también miedo a ella.

En el nivel benigno [fijación en la madre] encontramos una forma de fijación en la madre que es bastante frecuente. Estos individuos necesitan una mujer que los consuele, que los ame, que los admite; quieren ser mimados, alimentados, cuidados. Si no obtienen este tipo de amor tienden a sentirse ligeramente angustiados y deprimidos.

La función del padre es diferente. Representa él la ley y el orden, las reglas y las obligaciones sociales establecidas por el hombre, y es él quien castiga o premia.

La fijación incestuosa estropea o destruye --según el grado de regresión-- la capacidad de amar.

Lo opuesto a la necrofilia es la biofilia; lo opuesto al narcisismo es el amor; lo opuesto a la simbiosis incestuosa son la independencia y la libertad.

El hombre se encuentra ante el espantoso conflicto de ser prisionero de la naturaleza pero libre en sus pensamientos; de ser una parte de la naturaleza y ser, sin embargo, una rareza de la naturaleza, por así decirlo, de no estar aquí ni allí. El conocimiento que el hombre tiene de sí mismo lo hizo un extraño en el mundo, aislado, solitario y amedrentado.

El hombre [...] puede tratar de deshacerse de lo que lo hace humano y sin embargo lo tortura: su razón y el conocimiento de sí mismo (respuesta regresiva).

Debe recordarse que para la mayor parte de la gente razón y realidad no son otra cosa que el consenso público.

Si la esencia del hombre no es el bien ni el mal, el amor ni el odio, sino una contradicción que exige la búsqueda de soluciones nuevas que, a su vez, crean contradicciones nuevas, entonces el hombre puede realmente resolver su dilema, ya de un modo regresivo [deshumanización completa] o de un modo progresivo [ser plenamente humano y estar en completa unión con el mundo].

El sentimiento de culpa y de autoacusación crea tristeza, autoaborrecimiento y aborrecimiento de la vida.

Pasiones irracionales son las que dominan al hombre y lo obligan a actuar contrariamente a sus verdaderos intereses, que debilitan y destruyen sus facultades y lo hacen sufrir.

La libertad no es otra cosa que la capacidad para seguir la voz de la razón, de la salud, del bienestar, de la conciencia, contra las voces de las pasiones irracionales.

Una de las razones por las cuales la mayor parte de la gente fracasa en la vida es precisamente que no conoce el momento en que todavía es libre para actuar de acuerdo con la razón y que no tiene conciencia de la elección sino cuando ya es demasiado tarde para tomar una decisión.

Cada paso en la vida que aumente la confianza que tengo en mi mismo, en mi integridad, en mi valor, en mi convicción, aumenta también mi capacidad para elegir la alternativa deseable, hasta que al fin se me hace más difícil elegir la acción indeseable que la deseable. Por otro parte, cada acto de rendición y cobardía me debilita, prepara el camino para nuevos actos de rendición, y finalmente se pierde la libertad.

La mayor parte de la gente fracasa en el arte de vivir no porque sea intrínsecamente mala o tan carente de voluntad que no pueda vivir una vida mejor; fracasa porque no despierta ni ve cuando está en una bifurcación del camino y tiene que decidir. No se da cuenta de cuándo la vida le plantea una cuestión y cuándo tiene aún diferentes soluciones. Después, con cada paso por el camino equivocado se le hace más difícil admitir que está efectivamente en el camino equivocado, con frecuencia sólo porque tiene que admitir que debe volver a la primera decisión equivocada y aceptar que malgastó energía y tiempo.

Tenemos la posibilidad de elegir si tenemos fortaleza y conocimiento. La conquista de la libertad es difícil, y por eso la mayor parte de nosotros no la tenemos. [...] Esta conquista es posible por la razón, por las ideas adecuadas, por el conocimiento, pero sólo es posible si el hombre hace el esfuerzo con más trabajo que el que la mayor parte de los hombres están dispuestos a hacer.

El hombre puede romper las cadenas de la necesidad si conoce las fuerzas que operan a su espalda, si hace el enorme esfuerzo para conquistar la libertad.

El bien consiste en transformar nuestra existencia en una aproximación cada vez mayor a nuestra esencia; el mal, en una separación cada vez mayor entre existencia y esencia.

En realidad, debemos adquirir conocimiento para elegir el bien, pero ningún conocimiento nos ayudará si hemos perdido la capacidad de conmovernos con la desgracia de otro ser humano, con la mirada amistosa de otra persona, con el canto de un pájaro, con el verdor del césped. Si el hombre se hace indiferente a la vida, no hay ya ninguna esperanza de que pueda elegir el bien. Entonces, ciertamente, su corazón se habrá endurecido tanto que su "vida" habrá terminado. Si le ocurriera esto a toda la especie humana, la vida de la humanidad se habría extinguido en el momento mismo en que más prometía.
 
Erich Fromm.