Gracias Dr. Tomás Balderas Contreras por compartir tu texto conmigo (mismo que suscribo) y permitirme publicarlo:
No estoy casado, no sé si algún día lo estaré. No tengo hijos, estoy seguro de que no los quiero tener. Hay modelos de vida con los que nomás no voy, que no son para mí. Tampoco considero que tales patrones han sido impuestos por una élite que desea controlar las voluntades y los cuerpos de los seres humanos. Si esos moldes y roles sociales se originaron por evolución social, por necesidad, o algo así, no lo sé, no he leído al respecto. Como sea, me resisto a adoptar muchos patrones de vida y de comportamiento, llámame antisocial si gustas. En ese tenor, no estoy de acuerdo con la forma en que se gestiona, se evalúa y se lleva a cabo la investigación científica y tecnológica, por lo menos en México. He aquí mis alucines del porqué no me dediqué a la investigación al terminar el doctorado:Relacionado con el tema:
* No me apetece la idea de ingresar al Sistema Nacional de Investigadores (SNI) pues soy de la opinión, junto con otras personas, de que es un parche. Como nunca ha sido posible pagar bien a todos los investigadores en México, se optó por pagar relativamente bien sólo a los más "productivos". Ser productivo significa, entre otras cosas, acumular un gran número de artículos publicados en revistas con arbitraje estricto y con alto factor de impacto. ¿Qué medios son válidos para obtener el número adecuado de publicaciones? Pues algunos no parecen ser muy éticos: "te anoto como autor en mi paper y tú me anotas en el tuyo", "vamos a cambiar el enfoque del artículo X que sometimos a la revista Z y lo sometemos a revisión en la revista Y", "anotamos a fulanito como autor porque editó el artículo a partir de tu tesis, aunque no contribuyó nunca con ideas", etc. Para varios miembros del SNI, no todos, lo que importa no es haber contribuido con ideas o mano de obra en la ejecución de la investigación, sino que su nombre esté presente en la lista de autores del artículo. No se debe generalizar, pero mi experiencia indica que ser miembro del SNI implica inaugurar tu planta maquiladora para producción en masa de artículos.
* Pienso que, aunque prácticamente toda la investigación en México se financia con recursos públicos, no toda tiene impacto en la sociedad. Los recursos de los contribuyentes se emplean, en muchas ocasiones, en proyectos que no proporcionan ningún beneficio a los mexicanos de a pie. Parecería que lo que persiguen muchos investigadores es el prestigio individual o de grupo a costa del erario, en vez de la solución práctica a algún problema del país. Aunque no es justo cargar a los investigadores con el peso de arreglar solos los desastres del país, creo que ellos tienen mucho qué decir y ofrecer, pero muchos deciden mantenerse en la zona de comfort del subsidio gubernamental. Parecería que la aplicación demerita al científico pues he leído críticas de investigadores hacia sus colegas que sí dan soluciones a problemáticas del sector público que señalan que lo realizado no es investigación sino desarrollo, que no hay innovación, que no vale, que no da puntos para el SNI. Algunos investigadores afirman que fundar empresas de base tecnológica a partir de investigaciones académicas es prostituir la ciencia, ya que "la noble tarea de generar conocimiento" se vende al gran capital, se privatiza. Otros más argumentan que el hacer ciencia básica los exime de responsabilidad pues no es posible aplicar nuevos conocimientos de forma inmediata, lo cual es cierto; sin embargo, ¡resulta que casi todos los investigadores en México realizan ciencia básica!
* Pienso que el turismo científico muchas veces es frívolo. He asistido a muy pocos congresos, tanto nacionales como extranjeros, y he participado en la organización de algunas ediciones de uno. No he asistido a muchos congresos porque no he tenido material que someter y presentar, principalmente, pero también porque me estresa viajar. Sin embargo, a muchos investigadores en México les fascina viajar y un artículo es como un boleto para visitar otros países a costa, en la mayoría de los casos, del erario. "- ¿A cuántas conferencias asistes al año Dr. X? - Ejem, ejem, uuhh, aahhh, pues no a tantas como las que asiste el Dr. Y" Esa fue una conversación entre un grupo de vacas sagradas que escuché en una mesa durante el almuerzo un día en una playa mexicana durante una edición del congreso en el que participé como miembro de logística. Finalmente, debo decir que hay personas que obtuvieron su doctorado gracias a que su verdadero mentor fue un ex-tesista del supuesto asesor, quien se la pasaba viajando.
- Entonces, ¿por qué diablos hiciste que desperdiciara mis impuestos subsidiando tus estudios de posgrado?
- No tengo excusa que valga. No me arrepiento de haber dedicado tiempo a aprender y a desarrollar lo que hice en mis posgrados, pero ahora lamento no haber podido hacerlo con mis propios recursos. Algo que sí puedo decir es que mi intención es no vivir más de subsidios, especialmente a la investigación, y que es mi propósito retribuir a los mexicanos, no al Estado, todo el dinero que gastaron en mi formación, más los respectivos intereses. Creo que todos los ex-becarios de CONACyT deberíamos retribuir en la medida de nuestras posibilidades, más aun los ex-becarios residentes en el extranjero.
- ¡Sí claro! bueno, ¿qué propones para arreglar lo que, según tú, está mal?
- En este momento nada, me hace falta información para poder hacer propuestas. Lo que he expuesto aquí es mi percepción particular, mi propia experiencia y mis prejuicios personales. Lo que sí sé es que la investigación en México no ha contribuido al desarrollo de un mejor país como debería, que muchos investigadores demandan más subsidios sin especificar qué beneficios van a aportar a los ciudadanos y que la investigación realizada en México durante años en diferentes áreas no ha generado la derrama económica necesaria ni los adelantos tecnológicos representativos a nivel internacional que los mexicanos somos capaces de realizar.
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